La Nación: Boom de compras en la triple frontera: largas filas de autos vuelven al país todos los días con los baúles repletos
05/07/2025
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Desde hace un tiempo, los habitantes de Puerto Iguazú cruzan la frontera a diario para ir a supermercados y comercios de Brasil y Paraguay
TRIPLE FRONTERA.− Una larga fila de personas esperaba. Avanzaban a paso lento mientras una furgoneta y un colectivo, que llegaban desde Foz de Iguazú y de Ciudad del Este, derramaban sus pasajeros al final de la fila. Solo unos pocos, los turistas, preguntaban si para pasar a la Argentina debían seguir la línea. La gran mayoría lo sabía: eran habitantes de Puerto Iguazú que intentaban regresar a sus hogares después de buscar precios en los países vecinos. Sobre el asfalto, aguardaban también su turno vehículos particulares, taxis y remises. Las bolsas de supermercado abundaban en los baúles.Dos vendedores de sándwiches que intentaban hacer negocios colaboraban con la espera. La terminal de ómnibus de Foz está a 20 minutos. Sin embargo, a quienes venían de Ciudad del Este les había llevado casi una hora y media llegar por el pesado tráfico que había en la ruta entre Paraguay y Brasil. Los vaivenes económicos y la cotización de las monedas son los que van determinando la vida y las esperas en la triple frontera. En los últimos meses, los estacionamientos de los supermercados brasileños están llenos de patentes argentinas y paraguayas: hoy le toca ser a Brasil el más barato y a nuestro país, el que cuesta más. Mejores precios, sueldos, atención profesional y restaurantes más económicos conducen hoy a todos los que viven o andan por la zona a Ciudad del Este y a Foz. En Brasil, la carne puede costar la mitad; algunas frutas y verduras se consiguen a un 70% menos. En Paraguay, la indumentaria y la blanquería pueden presentar un diferencial de hasta el 60 %, algo similar a lo que ocurre con ciertos productos de esos rubros en Foz de Iguazú. En términos de gastronomía, cruzar la frontera puede suponer ahorros desde el 30%. “Vengo una vez por mes y compro todo”, dijo Dalila, de 30 años, de Puerto Iguazú, mientras llenaba el carrito de compras en el supermercado Max Atacadista de Foz. “Acá es mucho más barato: una compra mensual me sale $220.000, mientras que allá la semanal me sale $120.000. Pago con Pix, que es como un Mercado Pago de Brasil”, detalló. Señaló, además, que en Puerto Iguazú todos los que tienen vehículo hacen lo mismo. “Algunos, como mi prima, vienen incluso en moto. Para no perder tiempo en la fila tengo que venir después de las 19”, agregó.“El ritmo de las fronteras de la zona va mutando en función al tipo de cambio”, afirmó Marcelo, un argentino que reside en Ciudad del Este hace más de 15 años. “Hasta hace ocho meses todos cruzaban a Puerto Iguazú para comprar alimentos, salir a cenar y llenar el tanque. Ahora cambió: es el lugar más caro de los tres”. El gerente de una multinacional norteamericana manifestó que primero la inflación de pospandemia, y luego las devaluaciones de Brasil y la Argentina fueron un golpe de suerte para la ciudad argentina. “Hoy son los misioneros los que cruzan para hacer compras y la fila más crítica es la de salida. Las fronteras en la zona son un termómetro”.La triple frontera es una región formada por tres urbes: Puerto Iguazú, Foz de Iguazú y Ciudad del Este. La ciudad argentina de Puerto Iguazú está a menos de 5 kilómetros de Foz de Iguazú, y el puente Tancredo Nieves es el camino obligado para llegar a la ciudad brasileña. Ciudad del Este, en Paraguay, por su parte, está 30 minutos en balsa de la ciudad misionera. Es más habitual arribar a ella por la vía terrestre, atravesando casi 17 kilómetros a lo largo de Foz de Iguazú y cruzando el Puente de la Amistad que une a Brasil y Paraguay. De los tres países, solo la Argentina lleva un estricto control migratorio y aduanero en sus fronteras: la circulación entre Brasil y Paraguay casi no tiene registros.Lleno de patentes extranjeras“Cruzo todos los días a traer pasajeros y aprovecho para comprar lo que hace falta para el día. Llevo todo porque vale la mitad”, dijo Ezequiel, un taxista de la ciudad misionera que estaba de compras en el supermercado Max Atacadista. “En la aduana, si es para consumo familiar, no te hacen problema”. A él y su esposa, las diferencias en los precios aún los asombraban: “Los 5kg de arroz acá en Brasil valen R$17, es decir $3400. En la Argentina cuesta $2200 solo 1kg. El maple de huevos en Foz vale $4400, y en Puerto $7300″.Recordó que, hasta hace un año y medio atrás, Misiones estaba invadida de brasileños y paraguayos. “Ahora en los supermercados hay góndolas vacías. El negocio está reducido a los turistas”.Los taxis argentinos cobran alrededor de $50.000 para llevar a Foz y para volver a Puerto Iguazú con los baúles llenos de bolsas. “A pesar del costo, a la gente le conviene: la mayoría de las cosas cuestan acá la mitad”, dijo el taxista.No solo los argentinos llenan sus despensas en Brasil. “Es un 30% más barato aquí”, dijo Carolina, de Paraguay, mientras cargaba en su auto las compras del autoservicio. Indicó que a Puerto está yendo poco: “Dejó de convenir hacer las compras allá”. Ella es, al parecer, una de los tantos extranjeros que no se acostumbra al control migratorio que hace la Argentina: “Hay mucha burocracia para cruzar y eso te hace perder mucho tiempo. Ya no vale la pena hacer la cola”.“Hoy el 50% de nuestros clientes vienen de Paraguay y de Argentina”, dijo Vinicius, empleado del supermercado Max Atacadista. “Suelen venir a la mañana temprano o bien tarde. El último tiempo los argentinos aumentaron bastante porque después de la devaluación del real les conviene comprar acá. Llevan de todo”, sostuvo.Ante los precios brasileños, el negocio de los supermercados misioneros cambió. Ramón, que trabaja hace 20 años en el supermercado Capicüa, señaló que el 80% de las ventas viene del turismo y que actualmente los ciudadanos de Puerto Iguazú solo compran lo del día. “Los de Brasil siguen viniendo para comprar vinos y delicatessen. Antes llevaban sin mirar precios porque sabían que todo era barato. Ahora analizan los valores”.Indumentaria paraguaya y brasileñaPara los misioneros, los buenos precios de Brasil y de Paraguay van mucho más allá del supermercado y de la electrónica. “En Ciudad del Este hay imitaciones de calzado a buenos precios. Se consiguen camperas de abrigo a US$20 y la blanquería es de buena calidad”, dijo Marisa, de Puerto de Iguazú. Susana, por su parte, prefiere el textil: “En mi caso compro ropa en Foz”. Los colectivos que llevan a ambas ciudades les permiten viajar fácilmente y comparar.Diana, dueña de Mia Mía Boutique, reconoce que las ventas de indumentaria en los últimos seis meses cayeron. “Los precios de Brasil nos afectan bastante. Podemos seguir porque ya tenemos nuestra clientela, pero se nota que la gente compra menos acá”, indicó.“Del lado argentino no se puede comprar nada —dijo Gustavo, puertiguasenze—. Si tenés tiempo, te conviene cenar en Brasil”.Liliana, empleada del tradicional restaurante misionero La Rueda, reconoce que los clientes de la triple frontera se ven mucho menos. “Tenemos muchos clientes brasileños, pero es verdad que después de la pandemia mermó un poco la cantidad de gente de la zona. Nuestro fuerte hoy son los turistas”, sostuvo.El restaurante foziguaçuenses 4 Sorelle es uno de los que ha captado comensales de la triple frontera: “Un 20% de nuestros clientes son de Paraguay y de la Argentina. Es un número importante para nosotros: el 90% de ellos son habitué”.Los vendedores de la Feirinha de Puerto Iguazú —un mercado en donde se comercializan productos autóctonos— sostienen que la inflación pospandemia y la devaluación del real afectó sus negocios. “Los clientes recalcan que antes era más barato”, dijo Silvia, de Barraca Daloira.El vino es un producto argentino todavía valorado en Brasil. “Algunos compran a R$230 para venderlos allá a R$1000”, dijo Clara, empleada de Argentinian Wine.Meca de la electrónica barataA las 14.30 de un jueves, un hombre que viste una túnica árabe avanza a pie sobre el puente que une Foz de Iguazú con el territorio paraguayo. Escoltando a sus hijos, camina en dirección a Brasil. Los uniformes y las mochilas que los pequeños cargan insinúan que acaban de terminar el día escolar en el lugar que dejaron metros atrás: Ciudad del Este. Antes de ellos y también después, decenas de personas marchan con la misma naturalidad que solo el hábito puede dar.El Puente de la Amistad une Ciudad del Este y Foz de Iguazú. A toda hora suele estar plagado de autos particulares, motos, taxis y personas; todos parecen resistirse a reconocer que existe allí una separación. Aún antes de las 7, la cogestión, algunos días, puede detener el absolutamente el avance hacia Paraguay. No solo los compradores que madrugaron en Brasil y en la Argentina son quienes encapsulan el tránsito, sino también las centenas de trabajadores que necesitan llegar a sus puestos de trabajo en la meca de la electrónica barata.Pocos pasos después del control de migraciones paraguayo, nace el centro de la ciudad, tan valorado por quienes buscan pagar poco y también por los vecinos de la triple frontera. A diferencia de las otras urbes, Ciudad del Este goza de un régimen aduanero especial que le permite operar casi como una zona franca. Los bajos precios de los productos se deben a los aranceles reducidos —y en algunos casos nulos— que se aplican a la importación.Decenas de cambistas ciudadesteños esperan reales y pesos para entregar los dólares y guaraníes: las monedas más convenientes para comprar. Están ahí incluso en medio de la madrugada. “Acá se consigue de todo. De todo, ¿me entiende? Con eso le dije todo”, expresó Manuel, un cambista de 68 años. “Por día cruzan más o menos 500 brasileños y 300 argentinos. Muchos de ellos son ciudadanos de la triple frontera”, agregó.Los valores de los productos de Ciudad del Este son interesantes para todos los comerciantes brasileños y argentinos, sin embargo, las regulaciones prohíben aprovecharlos. “El control de Foz solo permite hasta cinco piezas iguales. Hay algunos que contratan a ‘paseros’ para cruzar la mercadería que excede esos límites”, dijo una empleada de un negocio que vende lentes al por mayor. En la Argentina, agregó, las compras no pueden exceder los 300 dólares y los transportadores irregulares también operan hacia Misiones. “Cobran 35 dólares para cruzar las cosas en lancha”.“Nuestros productos valen un 50% más en Brasil y un 100% en la Argentina”, dijo Luis, empleado de Nasser Cubiertas. Con los repuestos y artículos para el hogar pasa algo similar.Algunos rubros se vieron afectados por los últimos vaivenes de las economías vecinas. “En invierno vienen siempre los de Foz a buscar abrigos, pero últimamente los brasileños se redujeron. El dólar es más caro para ellos ahora”, dijo Rosa, empleada de la tienda de ropa Shopping Berlín. Actualmente un 15% de sus clientes son de Puerto Iguazú.El tráfico en el puente se suele poner complicado al regreso. Después de las 15.30, cuando el centro muere, ya nadie tiene nada más que hacer en Ciudad del Este y todos juntos quieren volver. Es entonces cuando las moto-taxis se vuelven atractivas: ellas y los pies son las únicas que pueden evadir el embotellamiento. “El viaje a la aduana argentina cuesta $20.000 y demoramos alrededor de 30 minutos, cuando en auto puede tomarle más de dos horas”, dijo Juan, un motociclista que espera pasajeros en la calle paraguaya San Blas. Para llevar al supermercado Açai de Foz cobramos $10.000. En 10 minutos estamos ahí”.Trabajo y estudio sin fronterasWilly es de Santa Terezinha de Itaipú, una ciudad brasileña que está a 30 kilómetros de Foz. Todos los días cruza el puente para trabajar de gerente en Elegancia, una reconocida perfumería paraguaya. “Muchos brasileños trabajan en tiendas y comercios de Ciudad del Este. En Brasil un empleado de comercio gana alrededor de R$1500, mientras que en Paraguay pagan R$2400”. Agregó que, en Brasil, los paraguayos acaparan los puestos del sector de la construcción.No son pocos los empresarios brasileños que radican sus negocios en Ciudad del Este. Ayham hace 25 años que trabaja en Paraguay. “Mi negocio del Shopping Vendôme de Ciudad del Este tiene seis años. El 70% de nuestros empleados son de Foz. Solo cuatro son paraguayos”, indicó.La ausencia de fronteras va mucho más allá de los empleos. Nahiara tiene 18 años, es paraguaya y está en el primer año de medicina en la Universidad Privada del Este. “En mi sección somos 123 estudiantes. Solo 30 de ellos son de Paraguay, el resto son brasileños”. Reveló que solo en su grupo de estudio, hay 15 foziguaçuenses. “Vienen todos los días a cursar. Aquí es más barato y un poco más fácil. Del otro lado, es muy difícil entrar a la carrera”. Resalta que varias son las universidades que dictan la disciplina: “Algunas de las instituciones se establecieron acá exclusivamente para los brasileños”.Los cruces para lo académico no parecen ser unidireccionales: “Elegí estudiar odontología en Foz do Iguazú porque buscaba una formación de calidad”, dijo la ciudadesteña Nataly que estudia en el centro universitario UDC. Dijo además que ya varias veces debió cruzar el Puente de la Amistad caminando para llegar a horario a sus clases.Medicina y atención médica“Los paraguayos y los brasileños que solían venir a comprar tiempo atrás ya no vienen porque los medicamentos están caros del lado argentino”, dijo Natalia, empleada de Macrofarma, en Puerto Iguazú. “Llevaban todo lo de venta libre, pero todo eso cambió. Después de la pandemia se fue todo por las nubes”. Y agregó: “Lo que pasa con el cambio acá en la triple es fatal”. Un analgésico que en el lado misionero cuesta US$2 se consigue en Paraguay por US$0,75.Las farmacias de Foz confirman las palabras de la misionera: “Tenemos una gran cantidad de clientes argentinos. Ellos dicen que los precios son un 200% más elevados allá”, dijeron empleados de la farmacia foziguaçuenses São João.La salud suele ser un motivo vital para cruzar las fronteras. “Voy a gestionar mi documentación argentina para operarme la rodilla allá”, dijo Daniel, empleado de una empresa de logística en Paraguay. “Me va a costar menos y la calidad de los profesionales es mejor. En mi país la salud pública está muerta. En vez de ir al hospital prefiero morirme en mi casa”.“Los paraguayos que tienen documento en Brasil se atienden en Foz y los que tienen en la Argentina van a Puerto Iguazú o El Dorado”, aseguró Claudia, remisera de Ciudad del Este. Sostuvo que es común que quienes padecen cáncer intenten atenderse en Brasil o en la Argentina. “Ahora en Misiones hay mucho control. Algunos foziguaçuenses cobran R$ 2000 para que los ciudadesteños acrediten que viven en sus casas y puedan recibir asistencia en esa ciudad”.Foz de Iguazú es, dentro de la triple frontera, la que atrae a la gente de poder adquisitivo elevado. “Las familias que pueden llevan a sus hijos a pediatras brasileños. También visitan oculistas, ginecólogos y demás especialistas de Foz”, dijo Cecilia, residente temporal de Paraguay. Y sumó: “Los estudios son buenos allá. Cuando el real está barato, muchas veces conviene hacer en Brasil los análisis clínicos”.Ezequiel, taxista de Puerto Iguazú, lo reforzó: “Los misioneros de mucho dinero se atienden en Foz. También los que tienen prepagas con cobertura en Brasil”.
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